sábado, 24 de octubre de 2015

La Aduana Argentina en Bs. Aires si existe.


El relato sugiere un, no, rotundo, al intento, como a tomar el riesgo.
No piense que se trata de un juego, pensarlo, puede llevarlo a ser
el próximo encartado. 
La Aduana Argentina en Bs .Aires si existe.
Sin duda, ya más tranquilo  y con Pauli, en casa, reflexiono quiero

suponer que las diferentes filas o colas, tenían fines totalmente
diferentes a la mía, no creo además que en la Aduana se escuchen gritos,
a lo sumo podría llegar a escucharse un llanto.

Pues al lograr identificarte, si cometiste una infracción aduanera, o si sos
acusado de un intento de contrabando, que por supuesto es más grave,
al retenerte lo confiscado y multarte, logran su fin, que es cobrar sus
Aforos.

No creo que ejerzan otra presión dentro de la institución, salvo la ironía
en algunos casos ciertos casos y la ejercitación del poder en todas sus
formas, frente a un supuesto infractor, como así también frente a quien
ellos se encuentren.

Se nota en los diálogos, la forma de interrogarte y su atuendo, un
guardapolvo blanco, blanco demostrativo de la limpieza con que ejercen
su función o tal vez identificatorios en el mayor de los casos, de algún
tipo de sospecha, o para que no los ensucie su difícil tarea que es 

confiscar y para ello deben desconfiar de todos, principio básico, en el
cumplimiento de su función de cobrar aforos  ejerciendo el control ANA
junto con Afip, en la entrada y salida del país, de todo, o casi todo y de
una u otra manera.

Del suceso que me motivó a escribir este artículo rescato, que el tipo de
envoltorio, abrió sospechas ya que el papel madera exterior + el papel
metalizado a la cola en su interior quizás neutralizante al Escáner y por
último el papel de seda color verde que recubría la inconsistencia del
Peluche, que relleno de goma espuma se hundía y volvía a la posición
original con la sola presión que ejercía con los dedos, + el aspecto del
paquete de formato irregular, fueron causal de la sospecha, de ahí a
que me hayan cobrado, es un tema que merece un capítulo aparte.
Juan Carlos Vidal




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